Yo nací en una familia ortodoxa en Ucrania. Mi padre era un maltratador y mi madre siempre estaba enferma a causa de sus palizas. Yo no tenía a nadie quien me mostraba amor o a quien importaba si yo vivía o no. Los castigos eran severos siempre y yo muchas veces quise terminar con mi vida. Lo único que me paraba era que mi madre me dijo una vez, que el suicidio era un pecado imperdonable y que los demonios vienen a por el suicida y lo llevan al infierno directamente y para el ya no hay esperanza. Comparado con el infierno mi vida no estaba tan mal. Me gustaba leer mucho y yo vivía en los libros.Desde muy pequeña yo me preguntaba: “¿Por que vivo?; ¿Cuál es mi propósito en esta vida?; ¿Hay alguien a quien importo?; Tiene que haber algo mas en esta vida que un sufrimiento… Pensaba en Dios, lo llamaba, me parecía que iba a venir como Peter Pan por la ventana, pero nunca vino.
Un día mi madre trajo del hospital un libro “Como un Carpintero” de Josh McDowell, yo lo leí y al final del libro había una oración y yo la oré. Pero no sabía el significado real de lo que hice en aquel momento. Luego, cuando yo ya tenía como 12 años, yo iba a una Biblioteca, que estaba muy lejos de mi casa. Yo iba a varias Bibliotecas, ya que leía mucho. Y por el camino estaba una iglesia evangélica, se llamaba “Palabra de Vida”. La gente entraba y era gratis y yo también entré y escuché una predica.
Al final de la predica llamaron para el arrepentimiento y yo salí y me arrepentí, y recibí a Cristo, pero nunca mas volví a entrar en aquella iglesia. Luego dentro de unos años yo estaba estudiando en la universidad y una chica americana me invito a una reunión. Me gustaba mucho ingles y yo vine aun sin saber de que tipo de reunión se trataba. Era un estudio Bíblico. Un grupo de gente en un piso grande en el cetro de la ciudad. Al entrar yo vi a una americana mayor y mi primer pensamiento era:” ¡Madre mía, que fea es esta mujer! ¡Cómo puede salir a la calle con esta cara!
En el estudio yo tenía muchas preguntas y yo pensé que nadie puede responderlas, pero esta mujer pudo responder a cada una de ellas. Yo seguí yendo a estas reuniones y nos hemos hecho muy amigas con ella aun teniendo como 35 años de diferencia de edad. En ejemplo de ella pude ver que existe amor y no solamente el sufrimiento. Y yo pensaba: “¡Como pude verla fea, si es la mujer mas hermosa del mundo entero!” Ella ha hecho todo para mí. En cualquier dificultad, en cualquier problema ella siempre tenía la solución para mí. Ella me conocía mejor que yo me conocía a mi misma.
Yo me casé y tuve un hijo, y ella me ayudaba en todo. Mi marido también era mal tratador y yo sufría. Un día borracho, maltrataba a mi hijo, y cuando yo me puse a defenderlo, me quiso matar. Ya estábamos viviendo en España y yo llamé a policía. Después de la separación yo entré en una depresión. Dedique 10 años de mi vida a una persona que ni lo valora ni lo agradece, estoy con un niño pequeño sola, sin papeles, sin techo y sin trabajo, y sin ningún propósito en mi vida. Yo no estoy de acuerdo que los hijos son el propósito de la vida de uno. Un hijo puede morir o crecer como un desagradecido o malo. Esto no es algo para que se merece vivir. Pero no tenía ninguna otra alternativa.
Después de mudarse varias veces yo vivía en casa de mujeres mal tratados, yo tenía a mi psicóloga. Un día ella me preguntó cuales son mis deseos y que es lo que me gusta. Yo la conteste que yo deseo lo que deseaba mi ex marido y me gusta lo que le gustaba a mi ex marido, y no se que es lo que yo deseo ahora ni lo que me gusta. Era todo un descubrimiento para mí. Yo vi a otras mujeres del centro salir cada fin de semana con hombres, cambiándolos cuando ya se cansaban de ellos, disfrutaban de la vida de este modo y me llamaban con ellas. Pero yo lo vi muy claro – esto no lo quiero para mi vida, pero no sabía que era lo que yo si que quería, no tenía ninguna otra alternativa.
Llamé a mi amiga de Estados Unidos pidiéndola concejo y ella me dijo que le queda dos semanas de vida, que ella estaba muriendo de cáncer, yo estaba llorando por teléfono y ella me estaba animando, ella sabía que iba al cielo. Mi depresión se aumento y el medico me dio pastillas, me ayudaban y yo me sentí mejor. Un día paseábamos con mi hijo cerca de casa y vimos un “Centro Cristiano” y entramos, conocimos a la gente, luego venimos al culto. Estaba predicando la pastora Rebecca Jacob y ella dijo en su predica: “A veces la persona que te lleva a Cristo desaparece y tu no sabes que hacer, a veces te vuelves para atrás, pero es cuando dios quiere hablar contigo personalmente.”
Yo no podía quitar estas palabras de mi mente.” ¿Dios habla con la gente? ¿Será posible de verdad?” – pensaba yo. Algo había en ello que me hacía pensar. Luego vi un libro de Joyce Meyer “Como oír la voz de Dios”, empecé a leerlo poco a poco, antes no me gustaban los libros cristianos como me gustan ahora. Empecé a hacer lo que decía el libro y ¡Dios me habló! ¡El mismísimo Dios me ha hablado personalmente! Lugo más y más… Yo me acuerdo hablas con el Señor diciéndole: “Señor, yo no se que es lo yo quiero para mi vida ni se a donde voy, ni que pensar que sea de tu agrado, Señor, dame tus deseos, dame tus pensamientos, dame tu corazón, ayúdame a vivir lo que tu quieres que yo viva.” Dejé de tomar las pastillas y ha empezado una vida maravillosa para mí.
Entregué mi vida a Dios totalmente, empecé a vivir para El Esto se ha hecho el propósito de mi vida. Al principio era difícil y yo me discutía mucho con El. Ahora cuando lo recuerdo me da vergüenza, al fin y al cabo El siempre tenía razón. Al enfocarme totalmente en El, todos mis problemas se solucionaron. Dios me dio un trabajo, donde me han hecho papeles con un horario que yo ni sabía que existe: de 9:00 a 15:00 de Lunes a Viernes, un piso de nueva construcción que yo misma soy capaz de pagar, donde vienen la gente necesitada del consejo de Dios para orar, un hijo precioso que Dios me esta ayudando a educar, estoy estudiando en el Seminario Bíblico donde puedo ver la Biblia mas claro y mejor con cada año que estoy estudiando. Me dio mucha gente que me ama y a los que importa mi vida y lo mejor; Su presencia poderosa y palpable en mi vida, sus concejos y sus conversaciones, su paz y su gozo, sus dones preciosos, que yo ni sabía que existen en realidad.
Si antes yo iba por la calle y pensaba: ¡Mira esta gente! Tiene todo, tienen dinero, papeles en regla, tienen trabajo, están disfrutando de la vida, y yo aquí, pobrecita y miserable de mi, sin nada de esto y sufriendo. Ahora yo voy por la calle feliz y pienso: “¡Mira esta gente pobre! Están sufriendo, no tienen propósito digno de su vida, no tienen consuelo, no tienen la vida verdadera, son muertos andantes, ciegos y miserables y no saben que se van a la perdición. Tengo que ayudarles, puedo darles palabra de Dios, palabra de esperanza, puedo trasmitirles esta vida que solamente Dios puede dar, la que me dio a mí en abundancia.
Ya no tengo la depresión y vivo en victoria. Ni auto lástima ni depresión agradan a Dios, no son de Dios. Yo le entregue mi vida a El y vivo lo que El desea que viva – una vida con propósito divina para la gloria de Dios. Es muy emocionante sentirte útil al mismísimo Dios Todopoderoso y ver como Dios saca las personas de las tinieblas por medio de mí.
